Una tarjeta de ciudadano permanente, también conocida como tarjeta verde, demuestra que tiene la autoridad adecuada para vivir y trabajar en Estados Unidos. Las tarjetas verdes deben renovarse una vez cada diez años o se corre el riesgo de problemas graves, incluida la deportación. Para asegurarse de que está debidamente documentado durante su estancia en este país, el Servicios de Ciudadanía e Inmigración de EE.UU. ofrece los siguientes consejos.
Para renovar la tarjeta de residente permanente, debe presentar el formulario I-90, o Solicitud de Sustitución de la Tarjeta de Residente Permanente. Puede presentar este formulario electrónicamente o por correo. Se recomienda iniciar el proceso de renovación seis meses antes de que caduque la tarjeta de residencia por si surge algún problema. Si se encuentra fuera del país y su tarjeta está a punto de caducar, debe presentarla en cuanto regrese al país, siempre que la tarjeta siga siendo válida. Si no es así, lo mejor es ponerse en contacto con la oficina de inmigración o el consulado más cercano para obtener más información antes de regresar.
También puede seguir el estado de su solicitud mientras se tramita. Esto es recomendable en caso de que su solicitud sea denegada. Si su solicitud de renovación es denegada, tiene dos opciones. Puede solicitar una moción para reabrir el caso, en cuyo caso deberá presentar nuevas pruebas con su notificación para refutar las afirmaciones hechas en su notificación de denegación.
Su otra opción es una petición de reconsideración de la decisión original. En este caso, tendrá que demostrar que la ley se aplicó erróneamente en su caso. Para ello, lo mejor es proceder con la ayuda de un abogado de inmigración. La ley de inmigración es a menudo compleja, y sus posibilidades de obtener un resultado exitoso aumentarán cuando tenga un asesor legal profesional de su lado.